Señora del Carmen, Reina de los Ángeles, canal de la más tierna misericordia de Dios hacia los hombres. Refugio y defensor de los pecadores, con confianza me postro ante ti, rogándote que obtienes ...
(Pidiendo gracia)
En reconocimiento, prometo solemnemente apelarte en todas mis dificultades, sufrimientos y a ti en todas mis dificultades, sufrimientos y tentaciones, y haré todo lo que esté en mi poder para inducir a otros a amarte, a venerarte usted e invocarnos en todas sus necesidades.
Les agradezco las innumerables bendiciones que he recibido de su misericordia e intercesión poderosa.
Continúen siendo mi escudo en peligro, mi guía en la vida y mi consuelo en la hora de la muerte.
Amén
Nuestra Señora del Carmen, abogada de los pecadores más abandonados, reza por el alma del pecador más abandonado del mundo.
Oh Señora, ruega por nosotros, quienes nos dirigimos a usted.