San Sebastián fue un santo cristiano y mártir que vivió durante el siglo III. Fue un soldado romano que sirvió en la Guardia Pretoriana, una unidad especial que protegía al emperador romano. Sin embargo, usó su posición en secreto para ayudar y apoyar a los cristianos perseguidos, lo que finalmente condujo a su arresto y ejecución.
Según la leyenda, San Sebastián fue atado a un árbol y fusilado por sus compañeros, pero sobrevivió milagrosamente. Más tarde fue asesinado a golpes por los mismos soldados y ahora es venerado como un símbolo de perseverancia frente a la adversidad y devoción a Dios.
La fiesta de San Sebastián se celebra el 20 de enero en la Iglesia Católica Romana y el 18 de diciembre en la Iglesia Ortodoxa Oriental.
He aquí una oración en honor a San Sebastián:
“Querido San Sebastián, tú que sufriste mucho por tu fe y nunca perdiste tu devoción a Dios, intercede por nosotros. Ayúdanos a encontrar la fuerza y el coraje para permanecer fieles a nuestras creencias frente a la persecución y la adversidad. Guíanos con tu sabiduría y protégenos con tu amor. Amén.