Había una vez un joven llamado Tobías que era ciego y luchaba por encontrar su camino en la vida. Estaba desesperado por encontrar una cura para su ceguera y un día conoció a un extraño que le prometió ayudarlo. Este extraño era en realidad San Rafael Arcángel disfrazado, y accedió a guiar a Tobias en un viaje para encontrar una cura para su ceguera.
Mientras viajaban juntos, San Rafael Arcángel le enseñó a Tobías sobre la fe, la confianza y el amor. Le mostró cómo orar, cómo creer en los milagros y cómo ver más allá de sus limitaciones físicas. Finalmente, llegaron a la casa de la futura novia de Tobias, Sarah, quien también estaba luchando contra un demonio que había matado a sus siete maridos anteriores en su noche de bodas.
San Rafael Arcángel guió a Tobias para derrotar al demonio y lo ayudó a casarse con Sarah. También le dio a Tobias una medicina para curar su ceguera frotando la hiel de un pez en sus ojos. Milagrosamente, la vista de Tobias fue restaurada y se llenó de gratitud y alegría.
A partir de ese día, San Rafael Arcángel pasó a ser conocido como el santo patrón de los viajeros, los curanderos y los encuentros felices. Su día conmemorativo se celebra el 29 de septiembre, y personas de todo el mundo ofrecen oraciones y agradecimiento a este poderoso arcángel por su guía y protección divina.
Querido San Rafael Arcángel, te pedimos humildemente tu intercesión y protección. Guíanos en nuestro viaje, tanto físico como espiritual, y ayúdanos a ver más allá de nuestras limitaciones. Sana nuestros cuerpos, mentes y almas y concédenos la gracia para superar cualquier desafío que se nos presente. Te agradecemos por tu poderosa intercesión y oramos para que un día podamos unirnos a ti en el reino de los cielos. Amén.