San Peregrino fue un joven que vivió durante el siglo XIII en Italia. Era un seguidor apasionado y devoto de Cristo, pero lamentablemente, le diagnosticaron cáncer a una edad temprana. Los médicos le dijeron que su condición era intratable y que tenía pocas esperanzas de sobrevivir.
A pesar de eso, San Peregrino nunca perdió la fe. Continuó orando y buscando la voluntad de Dios incluso cuando su salud se deterioró. Un día, mientras rezaba frente a un crucifijo, sintió una repentina oleada de energía recorrer su cuerpo. Inmediatamente se curó y el cáncer desapareció.
A partir de ese día, St. Peregrine dedicó su vida a servir a Dios y compartir su historia milagrosa con los demás. Llegó a ser conocido como el santo patrón de los pacientes con cáncer y de los que padecen enfermedades crónicas.
Cada año, el 1 de mayo, la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Peregrino, y los fieles se reúnen para rezar por su intercesión y sanación. La historia de San Peregrino nos recuerda que incluso ante grandes sufrimientos y adversidades, siempre podemos acudir a Dios en busca de fortaleza y esperanza.
Querido San Peregrino,
Venimos ante ti en el día de tu fiesta para pedir tu intercesión y sanación en nuestras vidas. Así como una vez tuviste una enfermedad, nosotros también luchamos contra el dolor físico y emocional.
Oramos para que nos ayudes a encontrar el coraje y la fuerza para perseverar incluso frente a la adversidad. Que tu ejemplo de fe y devoción nos inspire a confiar en el plan de Dios para nuestra vida, aun cuando sea difícil de comprender.
Por favor, escucha nuestras oraciones y súplicas y concédenos la gracia de continuar siguiendo tus pasos, buscando amar y servir a Dios por encima de todo.
Amén.