San Bernardo de Claraval fue un abad francés que vivió durante el siglo XII. Se le considera una de las figuras más influyentes de la Iglesia medieval y es venerado por sus escritos teológicos y su papel en la reforma del monacato.
El 20 de agosto, la Iglesia celebra la fiesta de an Bernardo de Claraval. Para honrar su memoria, compartimos un relato de su vida y una oración en su honor.
Historia de San Bernardo
San Bernardo nació en 1090 en Borgoña, Francia. Era el tercer hijo de una familia noble y estaba destinado a la carrera militar. Sin embargo, después de la muerte de su madre, Bernardo tuvo una profunda experiencia espiritual que lo llevó a ingresar en la orden cisterciense, conocida por su estricta adhesión a la Regla de San Benito.
Bernard era conocido por su piedad, su estilo de vida austero y su don para la predicación. Atrajo a muchos seguidores y pronto fue nombrado abad de un nuevo monasterio en Clairvaux, Francia. Bajo su liderazgo, el monasterio creció hasta convertirse en uno de los centros de aprendizaje más importantes de Europa.
Bernard fue también un prolífico escritor y teólogo. Escribió extensamente sobre el amor de Dios, la Virgen María y la naturaleza de la Trinidad. Sus escritos tuvieron una profunda influencia en la Iglesia y todavía se leen y estudian hoy.
A pesar de sus muchos logros, Bernard permaneció humilde y dedicado a la vida monástica. Murió en 1153 y fue canonizado por la Iglesia en 1174.
Oración de San Bernardo
Querido San Bernardo, hoy honramos tu memoria y pedimos tu intercesión. Fuiste un gran ejemplo de humildad, piedad y devoción a Dios. Sus escritos continúan inspirándonos y guiándonos en nuestro viaje espiritual.
Ayúdanos a seguir tu ejemplo de vida sencilla y austera, libre de las distracciones del mundo. Enséñanos a amar a Dios sobre todas las cosas ya buscar Su voluntad en nuestras vidas.
Intercede por nosotros, San Bernardo, y pide a Dios que nos conceda la gracia de perseverar en la fe, incluso en los momentos de prueba y dificultad. Que siempre nos esforcemos por emular tu amor por la Virgen María y tu devoción a la Santísima Trinidad.
Amén.