Érase una vez, en el pequeño pueblo de Roma, había una joven llamada Susana. Nació en una familia rica y tenía todo lo que podía desear. Sin embargo, no estaba satisfecha con una vida de lujo y comodidad. Sintió un profundo llamado a servir a Dios y ayudar a los necesitados.
Susanna pasó sus días visitando a los enfermos, alimentando a los hambrientos y ofreciendo consuelo a los afligidos. Su altruismo y amabilidad pronto le valieron una reputación de mujer santa. Gente de toda Roma venía a buscar su guía y bendiciones.
A pesar de su popularidad, Susanna se mantuvo humilde y dedicada a su fe. Pasó horas en oración, buscando la guía de Dios para su vida. Un día, escuchó una voz que la llamaba y le decía que fuera a las afueras de Roma y predicara el Evangelio a los pobres y oprimidos.
Susana no dudó. Reunió a un grupo de creyentes y se embarcó en una misión para difundir la palabra de Dios. Enfrentaron muchos obstáculos en el camino, pero la fe y el coraje inquebrantables de Susanna inspiraron a sus seguidores a continuar su viaje.
A través de sus esfuerzos, muchas personas alrededor de Roma fueron traídas a Cristo. La reputación de Susana como santa creció aún más y se convirtió en una figura querida en la comunidad.
El 11 de agosto conmemoramos la vida de Santa Susana, una mujer cuya entrega a Dios y amor al prójimo nos siguen inspirando hoy. Recemos una oración en su honor:
Querido Dios,
Te damos gracias por la vida de Santa Susana, quien dedicó su vida a servirte y ayudar a los necesitados. Que tu ejemplo nos inspire a seguir tus pasos, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y buscar tu voluntad en todo lo que hacemos.
Que seamos llenos de la misma fe y valentía que desplegó Susanna, y que nunca olvidemos la importancia de llevar el Evangelio a quienes aún no lo han escuchado.
Oramos por todos los que sufren, por los enfermos y oprimidos y por los necesitados de tu gracia y misericordia. Que seamos tus manos y tus pies en el mundo, mostrando tu amor a todos los que conocemos.
Te lo pedimos en tu santo nombre,
Amén.