Santa Cristina era una joven que vivía en el siglo III en un pequeño pueblo de Italia. Nació en una familia pagana, pero desde muy joven se sintió atraída por el cristianismo. Se escabullía para asistir a los servicios cristianos y rezar en secreto.
Cuando su padre se enteró de su conversión, se enfureció y trató de obligarla a renunciar a su fe. Pero Christina se negó a dar marcha atrás y se mantuvo firme en sus creencias. Su padre luego trató de castigarla sometiéndola a torturas, pero aun así ella se mantuvo firme en su fe.
Finalmente, después de soportar severas torturas y sufrimientos, Santa Cristina murió a la edad de 11 años. Su fe y coraje inquebrantables la convirtieron en una inspiración para muchos, y ahora es reconocida como santa en la Iglesia Católica.
El 24 de julio, la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa Cristina, y recordamos su increíble fe y entrega a Dios.
Dejanos rezar:
Querida Santa Cristina,
Estamos asombrados por su coraje y fe inquebrantable en Dios. A pesar de enfrentar severos castigos y torturas, se mantuvo firme en sus creencias y nunca vaciló. Nos inspiras a ser fuertes en nuestra fe y siempre defender lo que creemos, incluso cuando es difícil.
Intercede por nosotros y pídele a Dios que nos dé fuerza y coraje para enfrentar cualquier desafío que se nos presente. Ayúdanos a mantener fuerte nuestra fe y confiar en el plan de Dios para nosotros.
Gracias por tu ejemplo de fe y valentía. Que siempre recordemos tu historia y nos esforcemos por vivir nuestras vidas como lo hiciste tú, con una dedicación inquebrantable a Dios.
Amén.